Seis puntos en juego

Cuando se han jugado ya ocho fechas del hexagonal final de la eliminatoria de CONCACAF rumbo a la Copa Mundial de la FIFA Sudáficra 2010, Honduras está en puesto de clasificar directamente entre los treinta y dos que disputurán en veranos del próximo año en el sur del continente negro, donde nació el humano.

Ocho jornadas y restan dos, lo que significa que las seis representaciones nacionales aun con vida buscan conseguir los seis puntos que aun quedan en disputa. Honduras con trece ya en el bolsillo podría alcanzar un máximo de diez y nueve. El ocupar la tercer posición, asegura a los catrachos tener en sus manos su clsaificación. Costa Rica es la que espera que tengamos un desplome, y no fallar ellos, para lograr su tercera participación en justa mundialista de forma consecutiva.

El camino que queda por delante

El optimismo en el país es evidente, la actitud de los futbolistas que participan en este proceso se manifiesta diferente a la de grupos pasados. Esto es lo que hace pensar que "volveremos a celebrar juntos" una clasificación al mundial despues de veintisiete años. Los resultados en lo mental se atribuye al cuerpo técnico dirigido por el colombiano Reynaldo Rueda. Muchos ven en Rueda un pseudo salvador y han puesto en él sus esperanzas. Aunque la bicolor aun no ha demostrado debilidad jugando en el Olímpico Metropolitano de San Pedro Sula (donde ha jugado el cien por ciento de los juegos válidos por esta eliminatoria), aun que queda el último examen esta condición, el 10 de octubre próximo, contra Estados Unidos.

La clave contra los gringos está en mantenerse enfocados en el juego. El partido promete ser de dientes apretados. Si bien los del tío Sam no se destacan por su garn habilidad con el balón si son muy disciplinados y con una excelente condición física: son rápidos y fuertes. Para lograr los tres puntos que se disputan en la novena fecha habrá que evitar desconcentraciones como la que cometió Mario Beata en el juego de ida en Chicago que provocó la falta penal que terminaría siendo el inicio de la remontada estadounidense.

Si acaso los resultados son del todo favorables en la novena jornada de actividad y no tenemos el pase asegurado aun, el último cartucho se jugará en el difícil Estadio Cuscatlán de San Salvador. Una misión posible, pero complicada. El Salvador ya no es aquella selección del 2001 que se tragó cinco de piernas de la H, jugando en ese mismo estadio. Al igual que Honduras, los guanacos están invictos jugando en esta cancha. Y además fuera del Estadio Chelato Uclés (nombre con el que se bautizó a la plaza conocida como Estadio Olímpico Metropolitano) los únicos puntos que ha conseguido la selección hondureña fueron los que se lograron con dos goles del principito, Ramón Núnez en el Saporo Stadium de Montreal. Todos los demás juegos de visita de Honduras en las eliminatorias rumbo a Sudáfrica han sido derrotas. Hasta el momento no han pesado. Pero si se consuma la del 14 de octubre, será una puñalada al corazón para los sueños mundialistas de la bandera de las cinco estrellas.

El engramillado del Cuscatlán será la regla con que se puede medir el desempeño que tendrá la selección en la justa mundialista. Recordemos que en el caso de una hipotética clasificación, la bicolor no tendrá en tierras africanas el apoyo de las cuarenta mil gargantas del Olímpico. Rueda debe enfocarse en los tres puntos contra Estados Unidos para quitarse los complejos y jugar ofensivo, sin presión, en el pulgarcito de Centro América. Si Honduras quiere hacer un papel digno en la Copa del Mundo, pasar de la fase de grupos, de aprender a ir a buscar el resultado cuando no juega en San Pedro Sula.

En la historia quedará grabado que si Honduras logra clasificar al Mundial del 2010 el técnico que la condujo fue Reynaldo Rueda. Pero hay que tomar en cuenta el Partido en San Salvador para darnos cuenta si está listo para el reto de dirigir en un Mundial de fútbol.