Sucede cada año, cuando llegan los meses más calurosos, los niveles de contaminación en el aire, alrededor de la capital hondureña, aumentan.. Las causas son muchas y los efectos son terribles. Se puede mencionar el cierre del aeropuerto de Toncontín, pero la peor son los daños sobre la salud de todos los que habitamos en el área afectada.
Este año, el humo ha sido
Como ya es costumbre, cuando empieza a hacer calor, al humo emanado por los automotores y la industria se suma el de los incendios forestales y las quemas que se hacen en la zonas de cultivo. Así fue como para inicios de marzo la nube que cubre el Distrito Central se comenzó a formar.
Normalmente ocurre que después de alguna lluvia, el humo se disipa, pero eso no fue suficiente en este caso. El miércoles santo cayó la primera lluvia, se esperaba que el cielo hubiese aclarado para el jueves pero no fue así. El mismo jueves en la noche volvió a llover. Una tormenta eléctrica bastante copiosa y duradera, mas el viernes aun había humo en el cielo.
Los hondureños tenemos mil preocupaciones, que si el estatuto del maestro será derogado, que si algún grupo saldrá a manifestarse en las calles, que si aumentará el precio de los combustibles. No es que no sean asuntos importantes, pero hay temas más importantes aun. Lo más preciado que tenemos es la vida, y deberíamos preocuparnos por cuidarla, la contaminación van en detrimento de nuestra salud. Además solo tenemos este país, si no lo valoramos otros se aprovecharán de nuestro recursos.
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